Nuestra libertad siempre va a estar basada en lo que hemos recibido como educación y formación sujeta a los pre- condicionamientos convertidos en juicios críticos que defienden normas culturales y patrones religiosos; éstos arman y estructuran nuestra manera de pensar para actuar desde ella con derecho y pleno convencimiento de que lo que estamos haciendo desde nuestra perspectiva es lo correcto. Para ello nos pasamos gran parte de nuestra infancia y adolescencia recibiendo premios y castigos hasta estructurar rigurosamente lo que se nos enseñó como ‘bueno’ o ‘malo’. Desde estas condiciones, no podemos ser sujetos e individuos libres porque no se nos permitió pensar sin leyes reglamentarias que dictaminan lo que debes o no debes hacer. Transforman nuestras vidas en una demostración permanente, en una rendición de cuentas con infinitas explicaciones.
Dentro del concepto de ‘libre albedrío’, te inculcan a ser tú mismo, tomar tus propias decisiones y sentirte que eres una manifestación divina; por otro lado te inculcan que tú mismo eres un ser que engendras el lado oscuro y necesitas ser guiado ser conducido en tus pensamientos y controlado dentro de la sociedad.
Existen muchísimas controversias que no nos permiten posicionarnos en el eje central de la idea. Porque la base está en que si somos genéticamente duales, convivimos de por sí con dos estados de pensamientos contradictorios y condicionados.
Se confunde ‘libre albedrio’ con ‘libertad de expresión’, con ‘autonomía propia’, con ‘espiritualidad’, con ‘carácter’, con ‘derechos’, con ‘democracia’, con ‘procedimientos’, con ‘lo que se nos ocurre’, con ‘decidir por los demás’, con ‘actuar por los demás’, con ‘determinar por los demás’, con ‘mentir en nombre del bien’, con ‘matar para defender el orden’, por ‘censurar’, por ‘hacer justicia’ etc.
No podemos vivir el estado del ‘libre albedrio’ si no reconocemos que, como raza dentro de este mundo físico, no somos libres. No tenemos autonomía propia porque está dirigida y asistida desde el día del nacimiento. La vida de todo ser humano va a depender de las decisiones de otros hasta tener una determinada edad y haber desarrollado un carácter manifiesto que sepa imponerse, defenderse o humillarse; va a depender de la estructura psicológica e ideológica que tenga el entorno social donde se vive.
Nuestra libertad está atada a un patrón de vida desigualitario que define diferencias entre nosotros. Tu vida es encaminada para que esté en manos de otros que decidirán por ti, porque, supuestamente, tú no sabes pensar y decidir lo mejor para tu bien.
Tu vida debe ser examinada en todo momento; para ello han metido prefijos inquisidores para que te sientas comprometido a rendir detalles de lo que haces y, de lo contario, estás metido en algo extraño y oscuro.
Tu dignidad y reputación está en tu constante demostración y detrás de ello tu condición personal, familiar y tu posición social. Este condicionamiento ejerce tanta presión en la vida de las personas que las lleva a vivir pendientes de lo que tienen que ir haciendo día a día para dejar conformes a los demás y ser aceptado.
Podríamos decir que el libre albedrío que existe dentro de este mundo está basado en normas de conducta, patrones religiosos, patrones culturales, primordialmente en patrones genéticos y en el legado de estos que son fuertemente transmitidos de generación en generación a nivel antropológico. Implica que tu libre albedrio dependerá de la formación de tus ancestros. Del patrimonio humano e ideológico que ellos dejaron e impusieron desde su fe, veneración, rendición a través de cultos místicos que fortalecían su credibilidad.
Tu libertad significa no tener privacidad.
Naces en este mundo 3D, con todo ese legado impreso en tu genética. Este a su vez será estimulado por la sociedad y nivel cultural de la familia que ancestralmente selló en ti una estructura cognitiva casi irreformable. Vienes condicionado genéticamente; entonces ¿cómo vas a vivir desde el libre albedrio cuando dentro de ti portas infinitas grabaciones genéticas archivadas que fueron armando y estructurando lo que debes pensar ser y aceptar como bien o como mal?.
La misma estructura es empleada a nivel general dentro de nuestra sociedad. La justicia se vale de sus propios principios y artículos que definen la libertad como autoridad para el cumplimiento del orden del ejemplo, de la seriedad y del respeto. Sin embargo deja puntos vacíos carentes de contenidos claros donde no se puede comprender cuáles fueron los parámetros utilizados para no corregir a quien corresponda. Y así sucesivamente en todos los órdenes.
¿Qué nos lleva a vivir dentro de un juego en el cual muchos no queremos estar?.
Realmente ¿existe la justicia?; ¿es para todos o para algunos?; ¿se protegen a las personas que cumplen con sus principios morales y religiosos?. ¿Qué tipo de libertad puede vivir una persona si vive condicionada por su ubicación social?.
¿Puede haber libertad dentro de nuestra mente si estamos invadidos con problemas que muchas veces son innecesarios?.
¿Podemos sentirnos libres si vivimos condicionados por nuestro ego?
Creo que es este el nudo central de todos nuestros problemas y perdida de la tranquilidad.
No podemos vivir desde la libertad si dentro de nosotros cargamos con datos y recuerdos que ciegan nuestra razón y nos hacen esclavos de emociones contraproducentes para nuestra salud espiritual.
El conocerte a ti mismo te hará libre. Es el mejor antídoto para saber cómo hemos sido conformados estructuralmente con ideas, pensamientos, comportamientos, expresiones y palabras que no son nuestras sino que vienen impuestos por medio de prototipos.
Dentro de este modelo de conducción mundial se define el ‘libre albedrio’ como los patrones ideológicos conductores hacia una estado de conciencia colectivo que desarrolla el individualismo y el egocentrismo en las personas. Ese patrón esculpe dentro del raciocinio humano resentimientos, traumas, complejos… perdida de la propia identidad natural. ¿Cómo vas a sentirte libre si moralmente estás condicionado para pensar y si tus pensamientos fueron contaminados por las ideas y actuaciones de tus semejantes?. ¿Cómo puedes sentirte libre si tuviste que aprender a copiar, actuar y escuchar lo que se entiende como ‘buen proceder’ en nombre del amor, de tu fe y pureza, cuando dicho aprendizaje tan sólo fue abocado a desarrollar la genética dual en los humanos a partir de los tres años de edad?. Casi nadie puede salvarse de esta tipo de extorsión encubierta detrás de los niveles de educación familiar, social y laboral que se recibe a lo largo de nuestras vidas.
¿Qué es el auténtico ‘libre albedrío’?
El libre albedrio sí existe, pero no es el que se imparte dentro de este mundo físico. Tú eres dentro de este Cosmos de Luz un ser auténticamente libre que no necesitas dar detalles de tu vida diciendo hacia dónde vas o el por qué vas. Eres un ser libre en tus expresiones porque no tienes ninguna limitación genética. Tu verdadera fuente de vida está conectada a ti. No necesitas ir a buscarla o que otros lo hagan por ti. Eres completamente autónomo y responsable de ti mismo, no infringes ninguna ley porque éstas no existen como son impuestas en este mundo 3D.
Eres una entidad respetada amada y aceptada que vives en constante intercambio cultural y enriquecimiento cognitivo. No eres condicionado genéticamente como entidad, vives el tiempo que tú elijas y consideres suficiente, tienes la libertad de vivir eternamente. Tienes plena conciencia de tu origen, de tus ingresos a otros universos, puedes elegir el cuerpo sutil que más te guste y tú mismo cambiarlo a través de tu evolución. Puedes hablar con cuantas civilizaciones quieras permitirte para enriquecer tus conocimientos, como también puedes elegir vivir por tiempo indeterminado dentro de una misma dimensión. No tienes que rendirle culto y rituales a ningún dios o dioses para demostrar tu fe y devoción, porque existe un solo Creador al cual ves y disfrutas eternamente.
Es este tu libre albedrio.
Si dentro de ti, sientes una fuerza que te insta a pensar detenidamente en saber quién eres realmente debes escucharla, debes acercarte, conocerla y entenderla porque eres tú quien está buscando su propia libertad evolutiva para dejar de vivir definitivamente como un alma sin autonomía propia, sentenciada a esperar y luchar su propia libertad que significa recuperar su auténtica autonomía cósmica.
Tú, como ‘alma’, estás haciendo todo lo posible para llegar a ti mismo dentro de esta realidad a través de tu personalidad física y cognitiva.
Tú como alma en estado de espera intentas hablarte durante tu evolución como persona para que aprendas a establecer el equilibrio en tus lados positivo y negativo, que genéticamente sellan tu verdadera libertad y derecho a recuperar de una vez tu libre albedrio.
Para ello es importante que sepas que no necesitas vivir millones de vidas para recuperar tu libre albedrio, es suficiente que entiendas que esta vida es tu camino directo hacia tu propia libertad. Se requiere que limpies tu mente del bagaje cultural que ancestralmente traes impreso obligadamente, desde allí ya vienes condicionado con tu libertad.
Esta vida para todos nosotros es muy valiosa e importante, es la que realmente se está computando.
¡No evaluando!.
Dentro de este Cosmos de Luz no existe el karma. Por lo tanto, tus anteriores vidas son utilizadas para retenerte aquí por medio de la hipnosis cognitiva. Tu actual mente no es tu verdadera mente. Vives con un sello virtual que te muestra lo que debes aprender y ser.
El llegar a nosotros mismos es aprender a diferenciar nuestras sensaciones físicas y perceptivas para saber si lo que sentimos es lo impuesto o es lo nuestro por fin liberado de pensamientos secundarios.
Se debe aprender a actuar y a reaccionar libres de lo que aprendimos a ver y a copiar desde muy pequeños. ¡Debemos aprender a conocer cómo son nuestros pensamientos genuinos!. ¡Debemos quedar libres de la contaminación emocional que arrastra la carga psíquica de nuestro entorno!.
El llegar a nosotros mismos es un trabajo continuo donde el tiempo y la meta a alcanzar deben ser dejadas a un lado, porque estaríamos trabajando desde nuestra mente y ella obstaculizará la tarea por medio de todos los chips emocionales y racionales impuestos como función de trabajo y esfuerzo. El llegar a nosotros mismos requiere estar dispuestos a reeducarnos y específicamente a no enojarnos con nuestro entorno familiar o social, pues ellos hasta un cierto punto son los responsables. Debemos saber que estas personas viven tan prisioneras como nosotros porque fueron y seguirán siendo utilizadas a través de sus mentes a través de la cual se estimula y activa su dualidad.
Parte de nuestra cura y recuperación parte de la idea de agradecer la oportunidad de permitirnos ver por nosotros mismos sin interferencias.
Debemos reconocer nuestra dualidad para extirpar de ella estructuras básicas de nuestro carácter que nos hacen reaccionar desde el criterio cultural e ideológico creyendo que es el propio.
Debemos preguntarnos ¿quién quiero ser realmente?
Debemos preguntarnos ¿quiero actuar desde la obligación y el compromiso?. También nos permite elegir con sinceridad y con honestidad si estamos sintiendo por primera vez el camino hacia la libertad.
Es un muy buen empezar porque desde esta premisa estoy aprendiendo a verme y a saber si cada paso que doy lo estoy haciendo desde mi mismo o de lo que me enseñaron.
Podré descubrir si todo lo que digo y doy lo hago porque quiero o porque me siento obligado a hacerlo para demostrar que soy bueno y educado.
Vivir desde el libre albedrio es ser honesto contigo mismo, no haciendo aquello que no te gusta o no quieres ser.
Vivir desde el libre albedrío es ser claro y respetuoso en tu posición y tus sentimientos sabiendo preveer las reacciones que pueden provocar tus palabras en el ego herido de los demás.
Vivir desde el libre albedrio es dejar tus apegos, tus miedos, tus prejuicios para sentirte libre dentro de tu mente.
Vivir desde el libre albedrio, es comprender por qué no avanzamos como civilización.
Vivir desde el libre albedrío es saber que la verdad está implícita en cada una de nuestras aperturas de conciencia y en la información que ingresamos a través de ella,lo que nos permitirá encaminarnos pacífica y neutralmente hacia la libertad absoluta.
Vivir desde el libre albedrío es ser fiel a nosotros mismo y reconocer cuándo estamos actuando desde la dualidad y con libertad decirnos: “Esta vez yo mismo decido por mí”, siendo consciente de que parte de mi lo está haciendo y ejecutando. No podemos engañarnos tampoco y decirnos que no nos damos cuenta de lo que hacemos cuando somos testigos de la activación de nuestro ego, cuando nos sentimos desde el que estamos siendo confrontados para defendernos.
El camino hacia la libertad se construye aprendiendo a ver sin el ego, aprendiendo a hablar sin el ego. Este camino tiene tres sendas llamadas: tú darte cuenta, ver cuando obras desde tu ego y saber reconocer en tí tu dualidad.
Un fuerte abrazo
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