El invierno de nuestra existencia concluye en estos instantes para dejar paso a una nueva primavera, una explosión de vida lo llenara todo, la luz desde el centro de nuestra galaxia, allí donde se halla nuestro centro energético, hará brotar el fruto de nuestra simiente. Aunque el viejo mundo invite a pensar lo contrario debemos celebrar estos momentos con entusiasmo, los dolores de este "parto planetario" solo serán un instante, ahora solo se nos pide que realicemos un ultimo esfuerzo cocreando con pensamientos y emociones de amor para así acompañar en los compases finales a nuestra "madre tierra y padre cielo", encargados hasta ahora de tutelar nuestras vidas, recordemos que nuestra fuerza reside en la unidad.
David G.F
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