miércoles, 4 de mayo de 2011

¿Tenemos miedo a ser libres?


Ser libre es tener capacidad de tomar decisiones. La libertad es buena, pero es cruel. Te permite tomar decisiones, pero cada decisión acarrea una consecuencia. Si has decidido bien, las consecuencias serán positivas; si has decidido mal, las consecuencias serán, con toda seguridad, dolorosas (más dolorosas, cuando más profundo haya sido el error).

Ahora bien. ¿Qué ocurre cuando la decisión la toma otro, incluso contra tu voluntad, y las consecuencias las pagas tú?

Desgraciadamente, hay gente tomando decisiones cuyas consecuencias estas pagando tú. ¿No te gustaría decidir a ti y cargar con las consecuencias (positivas o negativas), que tus decisiones se merezcan?

Estamos atravesando un momento difícil. Muchas decisiones de otros han convertido nuestro país en un erial. Los empresarios no pueden mantener los puestos de trabajo de sus empleados y los empleados, como tales, no tienen cabida en el mercado laboral.

¿Qué hacemos? ¿Nos sentamos y esperamos a que alguien venga a darnos un trabajo? O, por el contrario, ¿miramos al frente y nos ponemos en marcha?

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