Las opiniones de los hombres no “merecen” mucha consideración, porque cambian con cada pequeña reflexión nueva. Poco inciden en la realidad del orden divino de las cosas, pues no son más que burbujas de una efervescencia superficial. Pero detrás de todas las opiniones esta el SER, el mismo corazón humano, ausente y olvidado. Hemos dejado de oír el susurro sutil de la voz interior que no utiliza la palabra como medio de expresión, la estructura del lenguaje es demasiada imperfecta para describir la grandeza y sencillez del mensaje interior, parece ser que es mas placentero y cómodo escuchar lo que nos viene de fuera, al final del camino nos daremos cuenta que lo que fuimos a buscar fuera de “casa” nunca lleno nuestra copa, el cáliz de cristo viaja con cada uno, cuando tomemos el agua de vida no volveremos a tener sed, despertando a la conciencia cristica.
Las energías sutiles que nos rodean son las que nos muestras y enseñan en el anonimato bajo el marco del silencio. Las mayores lecciones aprendidas en la vida son aquellas en las que el verbo, la palabra, permanece ausente, en la observación de lo natural el orden divino del mundo emerge para mostrarse a ti, creando el “cielo en la tierra” despertando al discípulo y maestro en uno, tu mismo, es entonces cuando no existe la especulación, ni la interpretación, ni contradicción, ni confrontación, ni separación, ni divergencias, ni doctrina, ni la ocultación de las verdades, cuando la luz del día llega,…….llega, la ves pero lo esencial es que la sientes desde dentro, no desde fuera o prestada por alguien, nuestros cinco sentidos nos pueden engañar, el sentido eterico no, ya que es el vinculo natural que nos trajo aquí y el que nos muestra el camino de retorno.
Cuando vine a Lekunberri a vivir, pensé en conquistar estas montañas, ahora puedo decir que son ellas las que me han conquistado a mi, hay aquí algo diferente, yo como observador proyecto mis pensamientos y sentimientos a mi entorno, este se siente observado por mi, y los dos cambiamos creando el vinculo para la creación de un “nuevo mundo”, una nueva realidad, si todos participásemos en este tipo de relación con la naturaleza el camino de retorno a casa seria mas llevadero, bueno en realidad a eso vamos ya.
Hoy por la tarde me he escapado a uno de mis sitios desde donde se observan vistas en la que no puedes cerrar los ojos para la meditación, mirar y observar la belleza es la meditación en si. Observando caigo en la cuenta que para que esto -este como esta- es por que hay mas de bueno que malo en el hombre, ya que nosotros mismos cocreamos y hemos dado forma a lo que yo ahora puedo disfrutar con mis sentidos. Perdón pero el hombre natural no es enemigo de dios.
Un abrazo desde mis montañas. David G.F
Las energías sutiles que nos rodean son las que nos muestras y enseñan en el anonimato bajo el marco del silencio. Las mayores lecciones aprendidas en la vida son aquellas en las que el verbo, la palabra, permanece ausente, en la observación de lo natural el orden divino del mundo emerge para mostrarse a ti, creando el “cielo en la tierra” despertando al discípulo y maestro en uno, tu mismo, es entonces cuando no existe la especulación, ni la interpretación, ni contradicción, ni confrontación, ni separación, ni divergencias, ni doctrina, ni la ocultación de las verdades, cuando la luz del día llega,…….llega, la ves pero lo esencial es que la sientes desde dentro, no desde fuera o prestada por alguien, nuestros cinco sentidos nos pueden engañar, el sentido eterico no, ya que es el vinculo natural que nos trajo aquí y el que nos muestra el camino de retorno.
Cuando vine a Lekunberri a vivir, pensé en conquistar estas montañas, ahora puedo decir que son ellas las que me han conquistado a mi, hay aquí algo diferente, yo como observador proyecto mis pensamientos y sentimientos a mi entorno, este se siente observado por mi, y los dos cambiamos creando el vinculo para la creación de un “nuevo mundo”, una nueva realidad, si todos participásemos en este tipo de relación con la naturaleza el camino de retorno a casa seria mas llevadero, bueno en realidad a eso vamos ya.
Hoy por la tarde me he escapado a uno de mis sitios desde donde se observan vistas en la que no puedes cerrar los ojos para la meditación, mirar y observar la belleza es la meditación en si. Observando caigo en la cuenta que para que esto -este como esta- es por que hay mas de bueno que malo en el hombre, ya que nosotros mismos cocreamos y hemos dado forma a lo que yo ahora puedo disfrutar con mis sentidos. Perdón pero el hombre natural no es enemigo de dios.
Un abrazo desde mis montañas. David G.F
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