martes, 13 de septiembre de 2011

¿Cambio de conciencia?

Mientras... nosotros seguimos hablando de ¿cambio de conciencia, de seres ascendidos, de cometas circulando por ahí arriba, de profecías, de nuevo orden mundial, de la crisis, de los cambios geológicos de la tierra?, etc,etc... MIENTRAS...se nos olvida de vez en cuando que también hay otro cambio de conciencia que pasa por este ejemplo de vídeo, algunos lo podrán tachar con altas dosis de sensaciolalismo, me da igual.

El hecho es que cada día con nuestra autocomplacencia hay miles de niños agonizantes tirados en el suelo, o dejados en los caminos en cualquier carabana de refugiados huyendo de sus localidades o países, que por cierto son ricos en recursos naturales saqueados y expropiados por la oligarquía del "primer mundo", ese que se llena la boca con palabras como democracia, derechos humanos, libertad y democracia, parece que solo "nos" preocupa allí donde hay que sacar tajada como en libia, irak, iran etc. alli si que "nos" preocupa que llegue la democracia del imperio o mejor dicho saquear los recursos naturales de estos países, a las personas como estos niños, donde esta están los derechos humanos y democracia?. Es difícil no contener la rabia y dar un golpe o dos cientos sobre la mesa, que vergüenza !! la propia y la de nuestros dirigentes.

 

OS RECOMIENDO EL VIDEO QUE COLGUE EL OTRO DÍA
http://cuantofaltaparallegar.blogspot.com/2011/09/el-contrato-yo-acepto.html

jueves, 8 de septiembre de 2011

"La verdad en la sencillez y ausencia de la palabra"


“Cuando seas capaz de comprender la elocuencia del silencio podrás otra vez volver a preguntar, y cuando tengas derecho a preguntar, no tendrás ganas de hacerlo pues habrás descubierto que preguntar no es importante”

La verdad es tan sencilla que no tiene necesidad de ser explicada con la palabra, la verdad se siente, como las grandes lecciones de la vida que se nos muestra en la ausencia dogmática de la palabra, ¿la belleza necesita ser explicada? ¿cuando contemplas el espectáculo y equilibrio de la naturaleza hay alguien hablándote de como esta ES? ¿cuando el amor remueve todo tu ser es tu mente analítica quien te habla? ¿cuando escuchas una melódica música y sientes sus efectos en tu interior, quien a tu alrededor te habla?.

El hombre actual ha olvidado a sentir, el hombre natural es el que nos ha de mostrar el camino de retorno a LA VIDA, a retomar nuestra conexión con la FUENTE-CONCIENCIA de toda forma de vida y de la que todo tiene su origen.
                                                                                                                                      David G.F

El Silencio Interno





Don Juan definía el silencio interno como un estado natural de la percepción humana en el que los pensamientos se bloquean, y en el que todas las facultades del hombre funcionan desde un nivel de conciencia que no requiere el funcionamiento de nuestro sistema cognoscitivo cotidiano.

Don Juan asociaba al silencio interno con la oscuridad, debido a que la percepción humana cae en algo que se asemeja a un hoyo negro, cuando se la despoja de su compañero habitual, el diálogo interno, que es una versión silenciosa del proceso cognoscitivo. El cuerpo funciona como siempre, pero la conciencia se agudiza. Se toman decisiones instantáneamente, y éstas parecen surgir de un tipo de conocimiento especial en el que los pensamientos no se verbalizan. Los chamanes del México antiguo, quienes descubrieron y utilizaron los pases mágicos que son el núcleo de la Tensegridad, creían que la percepción humana es capaz de alcanzar niveles indescriptibles cuando funciona bajo la condición del silencio interno. Incluso aseguraban que algunos de esos niveles de percepción pertenecen a otros mundos, los cuales, creían, coexisten con el nuestro; mundos que son tan inclusivos como aquel en que vivimos; mundos en los que podemos vivir o morir, pero que son inexplicables en términos de los paradigmas lineales que el estado habitual de la percepción humana emplea para explicar el universo.

Carlos Castaneda - El Silencio Interno (Libro Púrpura)

De acuerdo con el entendimiento de los chamanes del linaje de don Juan, el silencio interno es la matriz necesaria para dar un gigantesco paso evolutivo; los chamanes del México antiguo llamaban a este gigantesco paso evolutivo el conocimiento silencioso. El conocimiento silencioso es un estado de la conciencia humana donde el conocimiento ocurre automática e instantáneamente. En este estado, el conocimiento no es producto de cogitaciones cerebrales o inducciones y deducciones lógicas, o de generalizaciones basadas en similitudes o diferencias. En el conocimiento silencioso no hay nada a priori, nada que pueda constituir un cuerpo de conocimiento. En el conocimiento silencioso todo ocurre inminentemente ahora. Piezas complejas de información pueden captarse sin ningún preámbulo.

Don Juan creía que el hombre primitivo tuvo indicaciones del conocimiento silencioso, pero que realmente no lo poseía. Dijo que estas indicaciones eran infinitamente más poderosas que lo que el hombre de hoy en día experimenta, donde la masa del conocimiento es el producto del aprendizaje. Creía que, aunque hemos perdido nuestra capacidad de captar estas indicaciones, la avenida que conduce hacia el conocimiento silencioso estará siempre abierta para el hombre, y esta avenida surge de la matriz del silencio interno.

Carlos Castaneda, El Silencio Interno

Alcanzar el silencio interno es el prerrequisito para todas las cosas que hemos delineado en esta elucidación. Don Juan nos enseñó que el silencio interno debe obtenerse por medio de la firme presión de la disciplina. Dijo que el silencio interno tiene que acumularse o guardarse, poco a poco, segundo a segundo. En otras palabras, uno tiene que forzarse a estar callado, aunque sea sólo por unos segundos. Don Juan aseguraba que si uno es persistente, la perseverancia vence el hábito, y de esta manera, se llega a un umbral de segundos o minutos acumulados, un umbral que varía de persona a persona. Por ejemplo, si para un individuo dado, el umbral del silencio interno es de diez minutos, una vez que llega a este límite, el silencio interno ocurre por sí mismo, espontáneamente, por así decirlo.

No hay manera posible de saber cuál es nuestro umbral individual. La única manera de saberlo es practicándolo. Esto es, por ejemplo, lo que me ocurrió a mí. Siguiendo la sugerencia de don Juan insistí en forzarme a mantenerme callado y, un día, mientras caminaba en la universidad de California, desde el departamento de antropología hacia la cafetería, alcancé mi umbral misterioso. Supe que lo había alcanzado porque, en un instante, experimenté algo que don Juan me había descrito extensamente; lo llamaba parar el mundo. En un instante, el mundo dejó de ser lo que era, y, por primera vez en mi vida, fui consciente de que estaba viendo energía tal y como fluye en el universo. Tuve que sentarme en unos escalones de ladrillo, pero supe que lo hacía sólo a nivel intelectual, a través de mi memoria. Experimentalmente, estaba sentado en energía. Yo mismo era energía, al igual que todo lo que me rodeaba.

Me di cuenta entonces, de algo que me aterrorizó, algo que nadie podía explicarme excepto don Juan; tuve conciencia de que, aunque estaba viendo energía tal y como fluye en el universo por primera vez en mi vida, había estado viendo energía tal y como fluye en el universo durante toda mi vida, pero no me había dado cuenta de ello. La novedad no fue ver energía tal y como fluye en el universo. La novedad fue la pregunta que surgió, con tal furia, a raíz de esto, que me hizo regresar al mundo cotidiano. ¿Qué es lo que me ha impedido darme cuenta de que he estado viendo energía tal y como fluye en el universo toda mi vida? me pregunté a mí mismo.

Don Juan me lo explicó haciendo una distinción entre nuestra conciencia general y el estar deliberadamente consciente de algo. Dijo que nuestra condición humana es poseer esta conciencia profunda, pero que todos los ejemplos de esta conciencia profunda no se encuentran al nivel en que podamos estar con toda deliberación conscientes de ellos. Dijo que, cumpliendo con su función, el silencio interno había cubierto este intervalo y me había permitido darme cuenta de cosas de las que, solamente, había estado conciente en un sentido general.

Carlos Castaneda, El Silencio Interno

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Portal dimensional.




En estos días que corren sentid la liberación en vuestro interior. Las energías que llegan hasta vosotros están posibilitando el cambio de vuestros cuerpos sutiles.
No necesitáis hacer nada especial para acompañar este cambio. Únicamente seguid estas sencillas reglas que os permitirán adaptaros más y mejor a él: 


1.Buscad la paz interior. Un momento de silencio al día para escuchar la voz del corazón.

2.Recibid conscientemente la luz del sol, con la intención de absorber su poder sanador y elevador de frecuencias.

3.Mantened el rumbo en la dirección indicada por la voz del corazón. Aquello que sois se os manifiesta en estos días más que nunca. Caen las vendas que os cegaban, se derrumban barreras que os limitaban. Por fin, muchos de vosotros os animáis a emprender aquello que vinisteis a realizar aquí, en esta dimensión.

4.Practicad el desapego de viejos patrones limitantes. Todo lo que os limita hoy procede del interior. El karma fue retirado. Os corresponde hoy a vosotros abandonar la lucha interior.

5.Fomentad el Amor en todas vuestras relaciones, las que más amáis y las que más os conectan con esa parte de vosotros mismos que, a veces, os gustaría ignorar o desterrar. Estas últimas son las que más os elevarán si sois capaces de bañarlas de amor y aceptación.

6.Recibid la energía de la Fuente en meditación. Su influencia en vuestros cuerpos sutiles es inmensa. Posee el gran poder transmutador, la gran fuerza que os libera y os conecta.

7.Sentíos Uno. Practicad en vuestras visualizaciones la Unión con todo lo que es y con todo lo que existe.

Adelante. El camino es vuestro…… 

jueves, 1 de septiembre de 2011

SER... HUMANO


      
 Normalmente empleamos las dos palabras “ser humano” sin sentir en profundidad su significado, sin percibir cómo una se puede alimentar de la otra y viceversa. Vivimos sin conexión consciente  entre ellas, por eso el humano experimenta esa gran soledad existencial, nota la falta de la esencia que da sentido a su vida. Para suplir este vacío llena su mente de creencias en las que se refugia y se siente seguro. Compartir creencias con otros da fuerza a su ego, esto explicaría hechos tan sorprendentes cómo que adquiera tanta importancia para muchas personas que su equipo gane; es la supremacía del espíritu gregario sobre el espíritu propio. El siguiente paso, en busca de la seguridad,  consiste en negar e incluso atacar las creencias de otros grupos. Este hecho lo refleja muy bien la frase del antropólogo Manuel Delgado: “Superstición es lo que creen los demás”

            Desde esas creencias, como una res dentro de su redil, el humano crea. Las hay más y menos amplias, pero en todas hay una valla. Cuando nos aproximamos a ella y empezamos a imaginar cómo podría ser nuestra vida fuera, damos el primer paso para escapar. El proceso se invierte, el ansia de salir nos lleva a buscar la fuerza en nuestro interior, empezamos a intuir la presencia del ser. Éste nos espera con todo un mar de sueños y proyectos, que necesitan de nuestra parte humana para realizarse aquí, en esta dimensión de la conciencia. Las demás “reses” nos avisan: “no se os ocurra salir, es muy peligroso”. Pero nosotros empezamos a sentir fuera de nuestras creencias, y rompemos la cuerda del miedo. Cogemos carrerilla y empezamos a saltar valla tras valla. En el camino nos vamos encontrando, nos explicamos nuestras aventuras. El espacio se abre ante nosotros, todo un nuevo universo creador se despliega… ¡ya somos libres para cumplir nuestros sueños!

            Nuestra mente requiere de nuevas creencias, pero ahora las construye con puertas abiertas…con hermosas ventanas sin barrotes… con preciosos jardines al aire libre. Podemos ir de visita a las creencias de los otros y admirar su trabajo, la crítica ya no tiene sentido, al igual que la competitividad. Las nuevas “casas” permiten la conexión con el ser y las dos palabras “ser humano” cobran su sentido pleno, creando al unísono una nueva realidad.

Educar desde El Ser

Educar desde El Ser no es algo que se aprende desde el intelecto, exige primero entrar en contacto con nuestra esencia, lo que somos más allá de la educación que hayamos recibido.

Nuestra mente siente su perfume y lo sigue, enamorada de su presencia. Desde nuestro centro, aprendemos a descubrir al otro más allá de cualquier juicio, lo que nos lleva irremediablemente a su admiración.

Cuando el maestro siente así a su alumno, la relación educativa se convierte en algo mágico, en un auténtico disfrute mutuo. Jugar y aprender se vuelven uno. El sentir, más allá de las creencias, se convierte en nuestro guía.

Con la ayuda inestimable de nuestra mente podemos convertirlo en hacer, de esta manera, creatividad y creación se vuelven inseparables, revelándonos como auténticos artistas de la vida.

 Un resultado inevitable de este tipo de educación es que los futuros adultos no necesitarán que nadie supla su autoestima y, de forma natural, buscarán servir a los demás a través de sus dones y potenciales, generando una abundancia como jamás ha registrado nuestra historia.

 ¿Te parece utópico todo esto….? Sólo hay una forma de averiguar si lo es o no: iniciar el viaje.
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